La etapa de la menopausia marca un antes y un después en el cuerpo de la mujer. Los cambios hormonales, relacionados con la caída de estrógenos, tienen efectos sobre la masa muscular, los huesos y el cabello. Disminuye el flujo vaginal y se produce un aumento de peso; por no hablar del comportamiento, que también varía.
Pero donde quizá se hace más palpable ese declive hormonal es en la piel. En mayor o menor medida, las mujeres que rondan los 50 empiezan a experimentar los siguientes síntomas:
- La epidermis se vuelve mucho más fina.
- La falta de colágeno y elastina hace que la piel se reseque y pierda elasticidad, lo que favorece la aparición de arrugas.
- Las manchas se refuerzan y aparecen otras nuevas, muchas veces en forma de pecas o lunares.
- Las líneas de la expresión se acentúan, en especial en torno a los ojos y la comisura de los labios.
- La piel se vuelve translúcida y deja entrever los vasos sanguíneos.
Cuidados especiales para la piel
Para atenuar los síntomas del envejecimiento, podemos optar por diversas vías. La alimentación y el ejercicio físico juegan un papel fundamental, pero también pueden adoptarse otras medidas que favorezcan el rejuvenecimiento de la piel y ayuden a reequilibrar sus estructuras.
- Cremas faciales: los tratamientos antiaging o las cremas para pieles maduras ayudan a frenar el deterioro de la piel y proporcionan la hidratación necesaria para eliminar los efectos de la sequedad. Además, contribuyen a regenerar las células y a reducir las arrugas. Eso sí, para alcanzar esos efectos es preciso ser constante. Los resultados no son inmediatos, pero sí visibles a muy corto plazo.
- Limpieza adecuada del rostro: para que las cremas tengan un resultado plenamente satisfactorio es preciso aplicarlas sobre la piel limpia. Antes de dormir, conviene aplicar sobre el rostro una leche limpiadora que ayuda a eliminar cualquier resto de maquillaje o suciedad. También es preciso retirar pieles muertas. A continuación, se aplicará un tónico facial y finalmente utilizaremos el tratamiento antiedad.
- Contorno de ojos: las cremas faciales no sirven para tratar el contorno de ojos. Las arrugas en esa zona y las bolsas en los ojos requieren unos productos específicos, que deben aplicarse realizando pequeños toquecitos con los dedos.
- Cremas corporales y reafirmantes: además de cuidar el rostro, también debemos prestar atención a la piel del resto del cuerpo. La parte inferior de las piernas sufren especialmente la falta de hidratación, al igual que los codos y los talones. Es preciso aplicar cremas hidratantes sobre estas zonas todos los días, sobre todo después del baño. Los productos reafirmantes ayudarán a recuperar la elasticidad de la piel y combatir la flacidez.
- Peeling: para renovar la piel y eliminar células muertas, es recomendable hacer un peeling de forma semanal. Para ello, podemos acudir a un centro especializado o bien realizar el tratamiento en casa. Para favorecer el desprendimiento de células muertas, lo más práctico es aplicar una crema exfoliante, que ayudará a eliminar imperfecciones y favorecerá la hidratación de la piel.
- Elegir un maquillaje que cubra el rostro pero sin excederse en las cantidades. Los maquillajes demasiado cargados acentúan las arrugas y resultan poco naturales.