Ya estamos a mediados de junio, y como todos los años, comienza la apertura de las piscinas. Y es que, ¿a quién no le gusta darse un buen chapuzón con las altas temperaturas? Probablemente es uno de los sitios más frecuentados esta temporada, pero como no podía ser de otra forma, hay ciertas precauciones que debemos tomar.
Da igual si eres asiduo a las piscinas públicas o a las privadas, ambas cuentan con los mismos riesgos y peligros. Sobre todo presta especial atención si vas con niños. A continuación te señalamos los puntos calientes.
La piscina con niños
Los menores merecen todos nuestros cuidados porque, además de ser la piscina un lugar de ocio y distracción, entraña riesgos para ellos.
Es necesario no perderles nunca de vista, tanto dentro del agua como fuera, ya que se pueden caer al agua si andan cerca del borde. Y es que, uno de los mayores peligros en las piscinas, es el ahogamiento. Por eso, es conveniente conocer la situación exacta del socorrista.
Se recomienda que los niños aprendan a nadar en una edad temprana, y si no supieran debemos estar seguros de colocarles bien el flotador, la burbuja, o cualquier otro sistema de seguridad. Asimismo, deberemos poner precaución cuando se vayan a meter a la piscina, ya que la excesiva diferencia de temperatura entre la piel y el agua, puede provocar un corte de digestión.
Golpes de calor en la piscina
Uno de los mayores peligros del verano, que se suele dar en piscinas y playas, es el golpe de calor en niños y en adultos. La insolación y deshidratación son más frecuentes de lo que pensamos. Por tanto, para evitarlos, debemos seguir ciertas recomendaciones:
- No exponerse al sol a las horas centrales del día (12:00h-17:00h)
- Proteger nuestro cuerpo con ropa holgada y fresca
- Aprovechar los lugares a la sombra
- Proteger la cabeza y los ojos con sombreros y gafas de sol
- Protección solar adecuada a nuestro fototipo de piel.
- Beber agua y líquidos de manera frecuente aunque no se tenga sed
¡Ojo con las infecciones!
Tampoco podemos olvidarnos de las enfermedades infecciosas que nos podemos encontrar allí, como pueden ser los hongos, al no llevar un calzado adecuado en vestuarios e instalaciones comunes, o la otitis y la conjuntivitis, sumamente contagiosas.
La apertura de las piscinas ya ha llegado un año más. Una vez que pongas todos los cuidados necesarios, ¡sólo te queda disfrutar del verano!
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