Debemos siempre estar atentas a las señales que nos alertan de un lunar maligno para consultar lo más rápido posible con un dermatólogo. Y es que, somos nosotras mismas quienes podemos reconocerlo y evitar dejar pasar el tiempo, el cual siempre corre en nuestra contra.
Es frecuente ver lunares en nuestra piel. Mientras que la media está en unos 40 por persona, son igual de comunes en hombres que en mujeres. Siempre que pensamos en lunares nos vamos a una pequeña manchita marrón con forma circular y de color marrón. Pero en realidad, pueden adoptar formas y colores muy diferentes, así como presentarse solos o acompañados de más lunares. ¿Sabías que su color procede de la melanina? Sí, la misma que hace que nos pongamos más o menos morenos cuando nos da el sol.
Como curiosidad, te diremos que la vida media de un lunar es de unos 50 años. Es decir, durante este tiempo, pueden variar de tamaño y color hasta llegar a desaparecer, pero ¡ojo!, siempre debemos estar alerta por si comienzan a presentar un aspecto extraño.
Los lunares atípicos son aquellos que no tienen la forma circular que dijimos antes, sino que son como una especie de mancha irregular. También se los conoce por el nombre de lunares displásicos y son de los que tenemos que estar siempre más pendientes, puesto que tienen más riesgo que los demás en convertirse en melanomas. Es más, el dermatólogo debería examinarlos al menos una vez al año.
Pero, ¿cuáles son esas señales de alarma de las que te hablábamos antes? Son aquellas que siguen la regla del ABCDE. ¡Toma nota!
- Fijarse en la asimetría del lunar (A). Es decir, si una mitad es redondeada y la otra mitad hace otra forma, convirtiéndose así en irregular.
- ¡Ojo a los bordes (B)! Si estos comienzan a ser irregulares o se difuminan, e incluso se llegan a hacer rasgados, lo mejor es consultar con un especialista.
- El color también cuenta (C). Si de repente, el color varía o un lunar comienza a presentar diferentes tonalidades de colores, es importante acudir al médico.
- El diámetro no puede pasar desapercibido (D), sobre todo cuando el lunar supera los 6mm o comienza a crecer de manera desproporcionada.
- Atenta a la evolución (E). Si el lunar cambia con el paso de los años y notamos formas diferentes, es una de las señales que no pueden pasar desapercibidas.
Ahora que conoces las señales que nos alertan de un lunar maligno, presta atención, pues un diagnóstico a tiempo es crucial.
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Fuente Foto – Google Images