La homeopatía, según la define la Sociedad Española de Medicina Homeopática, es la “técnica terapéutica basada en una observación clínica completa y rigurosa que conduce a la prescripción de medicamentos homeopáticos cuyas indicaciones proceden de una farmacología fundamentada por una constatación experimental que es la similitud”.
La similitud pero también la personalización. Un alto grado de personalización que es lo que hace que este tipo de terapia funcione tan bien. Además, su origen es la naturaleza, una naturaleza que se ha mantenido en el proceso, sin ningún tipo de químicos y sin ser invasiva para el organismo ni tener efectos secundarios.
Considerada como medicina alternativa, cada vez tiene más adeptos, sobre todo en países como Alemania o Francia, países con una fuerte concienciación con los productos naturales e incidencia de herboristerías y soluciones a partir de hierbas más que de químicos.
Además, la legislación europea permite a los Estados miembro que sean ellos quienes regulen el funcionamiento de la homeopatía y, por ende, su integración y convivencia con la medicina tradicional en cada país.
En España la homeopatía cada vez va ganando más espacio al mismo tiempo que se está produciendo un cambio de mentalidad hacia hábitos saludables, entre los que se encuentra también la sustitución de fármacos tradicionales por soluciones naturales que consiguen aliviar determinados males o ayuda a suplir carencias relacionadas con estados de ánimo.
En este sentido, la homeopatía es muy práctica para potenciar la presencia de vitaminas en nuestro organismo, darnos energía y entrenar también a nuestras defensas.
Además de las vitaminas, que no son opcionales sino que suponen uno de los factores esenciales para nuestra salud, la homeopatía también tiene sus recetas para reducir el estrés y al ansiedad, algo tan generalizado en los últimos tiempos, en los que a veces se prefiere saltar el capítulo de encontrarse en la mano con una receta de lorazepam tras una primera consulta en la que apenas se ha visto ningún síntoma o motivación.
Y es que el consumo de ansiolíticos crece año a año en España y según la lista de los fármacos más vendidos en 2017, los ansiolíticos van subiendo posiciones, habiendo vendido más de 30 millones de cajas, con todo lo que eso conlleva en una sociedad altamente estimulada por las nuevas tecnologías y la forma de vivir.
Los ansiolíticos, en realidad, no consiguen resolver el problema; a largo plazo pueden, incluso, agravarlo por la fuere dependencia que genera. Por el hecho de que el medicamente corra por el techo de la farmacia, no le hace más válido que otras soluciones.
Quien valida los medicamentos, a fin de cuentas son las personas, cada una a sí misma, de forma personalizada, según su caso. Los medicamentos homeopáticos, si consiguen hacernos sentir mejor a través de elementos naturales y nos equilibran el organismo, han cumplido su misión.
Y, a propósito de equilibrios, la alimentación es fundamental para mantener la salud. Una alimentación saludable y vida sana, en cuerpo y mente, favorecerá que no tengamos que recurrir a ninguna terapia, ni alternativa ni tradicional.