Las hormonas del crecimiento humano son sustancias que regulan el crecimiento y el metabolismo del cuerpo. Producida por la glándula pituitaria, es la hormona que ayuda a los niños a crecer en estatura y aumentar de masa muscular, al mismo tiempo que disminuye la grasa corporal.
Cuando una persona tiene insuficiencia o exceso de hormonas del crecimiento pueden darse problemas de salud, y los casos de deficiencia de esta hormona pueden tratarse con hormonas sintéticas (producidas artificialmente).
En niños con problemas de crecimiento y/o trastornos que provocan una baja estatura, en adultos con deficiencia de hormonas del crecimiento, pérdida de masa muscular (debido al VIH) y síndrome del intestino corto, así como para el tratamiento de algunas enfermedades, los médicos pueden recetar hormonas del crecimiento sintéticas inyectables.
Deficiencia de las hormonas del crecimiento en niños
En la mayoría de casos, se desconoce la causa de la deficiencia de la hormona de crecimiento. Esta insuficiencia puede estar presente al nacer, ser resultado de una afección o de una lesión cerebral grave.
Pero ¿cómo podemos detectar si nuestros hijos sufren algún tipo de deficiencia de las hormonas del crecimiento? Los niños con deficiencia de hormonas del crecimiento presentan un desarrollo lento, especialmente apreciable con las curvas y tablas de crecimiento que revisará periódicamente el pediatra.
Estos niños tienen también una estatura más corta que la mayoría de niños de su misma edad y sexo. Cuando son más mayores, la pubertad puede llegar tarde o no llegar en absoluto. Los pediatras son los encargados de comprobar si el niño está desarrollándose de forma deficiente a partir de la tabla de crecimiento y la realización de algunos exámenes, como resonancias magnéticas, medición de los niveles hormonales, etc.
También es el médico el que decidirá si es necesario recetar hormonas del crecimiento inyectables como tratamiento. Se trata de inyecciones que se llevarán a cabo una vez al día en el hogar como parte de un tratamiento a largo plazo, que a menudo dura varios años y cuanto antes se realice, más probabilidades habrá de que un niño crezca normalmente hasta alcanzar una estatura adulta y un desarrollo normales.