¿Cuáles son las 10 amenazas más peligrosas para el matrimonio? Sí que existen, y en Mujeralia las conocemos. Al comienzo, la vida conyugal es maravillosa, pero con el tiempo comienzan a surgir los primeros roces…
Una buena comunicación en la pareja será fundamental para terminar con los problemas y las discusiones. Y es que, hablando se entiende la gente. Ir acumulando los problemas sin compartirlos con tu pareja, no hará otra cosa que alimentar rencor.
Pero aparte de la falta de comunicación en la pareja, existen otras amenazas que van haciendo mella poco a poco en nuestro matrimonio hasta que, en los peores casos, llega a romperse.
Las faltas de respeto
Los insultos o la falta de respeto por el otro no hacen otra cosa que empeorar la salud de nuestro matrimonio. Uno de los principios básicos de toda pareja debe ser respetarse mutuamente. Cuando se traspasa esa barrera, el matrimonio caerá empicado.
Poner por encima de todo el trabajo
El trabajo es importante, y más en los tiempos que corren, pero eso no significa que sea tu prioridad en la vida. Se puede compaginar la vida laboral con la personal sin hacer sentir a tu pareja como un segundo plato. En muchas ocasiones, se acaba buscando fuera lo que tu pareja no está dispuesta a darte porque está muy ocupada con su trabajo.
Sentirse sola y descuidada aun estando casada
No hay peor cosa que sentirse sola y descuidada cuando tienes pareja, sobre todo cuando antes esos detalles eran constantes o ves a otras parejas que se desviven por sorprender al otro. La chispa y la ilusión no debemos perderlas según pasen los años.
El ego y el orgullo ganan la batalla
¿Cuántas veces tenemos discusiones tontas y por orgullo somos incapaces de pedir perdón? Poco a poco la bola se va haciendo más grande y llegará un momento en que el ego valga más que las personas, en cuyo caso, el matrimonio habrá fracasado. Hay que saber pedir perdón a tiempo y reconocer los propios errores.
La empatía es complicada
Cuando comenzamos una relación, todo es muy bonito. Nos entendemos, nos cuidamos, nos escuchamos… Pero a medida que pasa el tiempo, perdemos esa empatía que venía inmersa nosotros al conocer a nuestra pareja. Mal, la empatía debe existir siempre o nos cargaremos nosotros mismos el matrimonio.
Abandonamos nuestra vida matrimonial por nuestros hijos
A veces, y sin darnos cuenta, estamos tan ocupadas con los hijos que descuidamos la vida matrimonial y los momentos íntimos también nos hacen crecer como pareja. Está bien preocuparse por los niños, pero hay más cosas que requieren nuestra atención, como esa persona con la que has formado una familia.
Las personas cambian
Bien es cierto que cuando conocemos a una persona todo son virtudes y los defectos se esconden o directamente, estamos tan ciegas que no los queremos ver. Con el paso de los años, la gente cambia, unos a mejor y otros a peor. Entonces tendremos dos opciones: o nos adaptamos y aceptamos a nuestra pareja o cada uno tomará su camino.
Economía doméstica
Las dificultades económicas rompen más matrimonios de los que nos pensamos. Cuando el dinero no nos llega a fin de mes, estamos más irascibles y discutimos más. Por eso, es muy importante saber cómo superar una crisis económica en pareja.
No solucionamos los problemas
En todo matrimonio existen problemas pero no siempre los compartimos con nuestra pareja, ya sea por miedo a discusiones, por no hacerle daño, etc. El principal problema de todo esto es que vamos acumulando rencor, algo que no favorece nada al matrimonio.
Conflictos familiares
Cuando por alguna de las partes se meten familiares, las discusiones pueden llevar a terminar con la pareja. Debéis tener claro que el matrimonio lo formáis los dos y nadie se debe meter en vuestras cosas. Un consejo es bueno, pero siempre sin hacer daño a quien lo recibe.
Fuente Foto – Google Images